Ya nos dejó sin sus santos cuidados la “Tía Nosh”, no hace mucho que se fue al otro mundo. Pero quienes la conocieron y disfrutaron de su inigualable personalidad nunca la podrán olvidar. Todavía existe su herencia, el pequeño comedor que ha estado instalado a orillas de la carretera, cuando venís de la capital hacia Huehue, antes de llegar a Malacatancito. Los que han pasado, se van a ubicar de inmediato, los que no… hay que pasar para conocer un poco más de las cosas genuinas que hay en Huehuetenango. Aunque a la tía nosh ya no la vas a poder conocer. Tal ves los que se quedaron te platican de ella.
La “Tía Nosh” se dedicó a atender a cuanto viajero se aproximo a su negocito, para degustar de un caliente cafecito o plato de comida huehueteca. Lo tradicional, ya sabés. Carnitas, chorizo, huevos revueltos, etc. Pero todos saben que parte de la visita tenía que ver con poder sentarse no solo a apaciguar el hambre, sino sentirse adentro de una atmósfera semi mágica rural de nuestra Guatemala. De todos los que por ahí estuvieron, empezaron a surgir los relatos acerca de sus expresiones. Un par de ella y mas conocidas son:
“A vos es al que voy a sacar porque el chucho vive aquí desde mucho antes que vos vinieras!” – Cuando alguien le pidió que sacara al chucho que estaba dentro del comedor.- Y otra que decía: “Así como San Ignacio, con media nalga en el espacio” – Refiriéndose a cuando es necesario quedarse sentado sin tener un lugar completo, como puede pasar en los comedores a falta de bancas o en las camionetas parrilleras.